martes, 13 de julio de 2010

De la serie ventanas
























Abro la ventana y tienedo en el marco ese llanto. Esas paranoias que el mundo dice que hay, esas pequeñas cosas que uno carga. Decido tender, -me refiero al llanto-, no exprimirlo, dejar que el viento suave, caliente, lo seque.

Cada ventana deja entrar un mensaje, uno que corre y camina, uno cojo, un mensaje del extranjero, otro de casa, un mensaje viajero, uno no llorado, no aceptado.

Cada ventana abre la posibilidad de respirar...y entonces uno esta allí parado, esperando, concentrado, y sucede:
detrás de una ventana es dónde el alma deja de defenderse...


Fragmento: Cristina Carrillo

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